01 mayo 2012

ÁFRICA IMAGINARIA

El África que conozco es el continente que me enseñaron, el que aprendí en el colegio en las clases de geografía e historia, en los álbumes de cromos coleccionables, los museos, los periódicos, el cine norteamericano y la televisión.

El África que conozco, es absolutamente imaginario. Un continente inmenso de muchos países cuyos nombres nunca he podido recordar y territorios extraños, la selva misteriosa con sus animales y tribus hostiles, los caníbales, hombres pequeños de piel bastante oscura, boca grande y un huesito atravesado en su tupida cabellera, que rinden culto a los volcanes y viven en aldeas conformadas por una serie de chozas de paja rodeadas de calaveras empaladas y figuras monstruosas de madera tallada.

Es el lugar donde habita el hombre mono que con su condición venció a las fieras salvajes y urbanas. Fue protagonista de muchas películas e historietas, por medio de las cuales conocimos aspectos verdaderos y falsos de estas tierras y su vida fantástica.

África es la tierra donde muchos se mueren de hambre… niños, mujeres y ancianos flacos en tierras polvorientas, rodeados de moscas y de fotógrafos interesados en ganar premios internacionales. Mientras otros hombres, que cambiaron el arco y la flecha por ametralladoras AK47, cuentan su riqueza en cabezas de ganado, conquistan a sus mujeres haciendo muecas estrafalarias y se visten de indígena para las cámaras.

En África se hacen los safaris y los documentales para Discovery y la National Geographic, donde los animales tienen nombres de personas, sufren, ríen, y lloran… La lucha por la supervivencia es constante, los elefantes son perseguidos por su marfil, leones y hienas son eternos enemigos, pasan escarabajos arrastrando su bola de estiércol a gran velocidad y los surikatas, primera telenovela del reino animal.

De África fueron traídos los negros en calidad de esclavos a América, cazados como bestias salvajes y apilados en barcos como bultos, trajeron consigo su cultura que conquistó estas tierras, la música que heredó el jazz, el blues, la cumbia, la salsa y el reggae, sus practicas religiosas ahora representadas por santos de tez blanca con nombres ocultos, el baile acompañado de colores se ha manifestado en las festividades de todos los pueblos de este continente.

Bastante mítico es África, se han formado allí símbolos que permanecen en el tiempo y han influenciado la cultura global, un mundo de mitos ancestrales y mitos modernos, hasta en el arte, bastante etnocéntrico, se ha colado el alma negra. Pintores como Klee, Picasso y Lam tomaron elementos africanos para sus pinturas, seducidos tal vez por esa peculiar forma de representación: figuras simples y esbeltas, colores terrosos y vivaces, signos mágicos y las mascaras, elemento de comunión con el cosmos.

Muchas personas no saben aun que en África fue donde tuvo origen el ser humano, que todo tiende a regresar y que a estas alturas del partido de una forma u otra hemos tenido algo que ver con lo “afro”, prefijo que se le pone a las cosas que tienen algo que ver con aquel continente.

Nunca va a dejar de interesarnos lo que proviene de allí por su carácter fuerte y extraño, otros llamaran exótico. Nuestras cosas y actos siempre van a poseer algún elemento afro, el hablar, la música, los bailes, los cantos, la comida y las imágenes. “África paga, África espera”… En nuestro imaginario permanecerá África porque “Los dioses deben estar locos”.

Publicado en la Tekhné (periódico institucional del ITM). Edición 67 de mayo de 2012.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusto esta nota tuya la lei y me gusto mucho