20 junio 2010

Cuentos idiotas

Jaimito es un niño muy inteligente. La mamá le compró un rompecabezas que decía “de cinco a seis años” y él lo armó en dos... Yo lo armé en tres años... y eso que Jaimito me ayudó.

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Elías plantó su perro en el jardín de la casa, porque le dijeron que el que siembra recoge. Pero al perro se le ve decaído, triste, no ha echado ni una hoja y las raíces se le pudrieron.

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Aurelio tenía una argolla en el dedo índice de la mano derecha. Cuando se iba a bajar del bus con el motor en marcha, la argolla se le enredó en una lata de la puerta... el dedo siguió la ruta normal del bus, Aurelio quedó señalando con el dedo “del corazón”.

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Gabriel todas las noches soñaba con culebras y los amigos le decían que eso eran deudas, que eso era que iban a venir cobrarle.
En una salida de campo lo picó una mapaná X... Antes de morir dijo “maldita sea, si yo no le debo nada a nadie”.

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Fito se metió un fríjol por la nariz y allá se le quedó. La semilla germinó y el pobre murió. Ahora su cadáver luce un bello retoño verde y su familia no sabe si sepultarlo o plantarlo.

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Alfredo se comió un cacao sabanero y todo lo veía muy distinto y vio que un dragón venía hacia él, como para tragárselo. El carro que lo atropelló quedó abollado, él quedó parapléjico.

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Janné se intentó suicidar con un veneno, por que su novio la había dejado. Él regresó, ella quedó ciega y se le está cayendo el pelo. Su novio dice que ya jamás la va a dejar.

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A Abel la gustaba cantar. Iba cantando histriónicamente una canción que decía: “oye, abre tus ojos, mira hacia arriba...” y ¡tan! Le cayó una guanábana como de 20 libras en la cabeza y lo desnucó. ¡Que hijueperra guanabanazo!

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A Alejo lo encontramos muerto, tirado en la mitad del cuarto en un charco de sangre. Todos decíamos que se había suicidado, pero el investigador de la judicial nos dijo que nadie era capaz de suicidarse de 36 puñaladas. Ayer lo enterramos, porque a quién le interesa un cadáver con 36 orificios.

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Anita se comió una cucaracha y un chito… Y hubiera querido tener cucarachitos, si no hubiera vomitado tanto.

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Andrés era el que mejor se escondía cuando jugábamos escondidijo, pero eso si fue el colmo, la última vez se escondió tan bien que esta es la hora que no lo hemos podido encontrar… hace ya tres años de eso.

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Lucas “el pollo”, nos entregó una llave de un apartado aéreo y nos dijo que si un día desaparecía fuéramos a revisarlo. Como hacía un año que estaba desaparecido pensamos que era hora y efectivamente… dentro del apartado aéreo encontramos su cadáver. ¿Misterioso, no?

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Abelardo si que era un personaje muy demalas en esta vida, tan demalas que un día se apuntó pa’ la rifa de un revolver y no se ganó ni un balazo, le dieron machete.

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Un marranito se trepó por una escalera y se puso muy contento, pero cuando iba por la mitad le dio miedo y se resbaló. Cuando cayó se quebró en mil pedazos, porque era una alcancía.

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Un campesino tenía una gallina que ponía huevos de oro y un día decidió matarla, dizque para sacarle la minita… Obviamente no encontró nada y quedó con un solo huevo, entonces se sentó a empollarlo y de él nació una vaca que da la leche en polvo. Ah, también tiene una pata que pone los huevos morados. No me pregunten cuál.

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