20 junio 2010

Encuentros del tercer tipo

El señor Armenio Naranjo Mantequillo registró, hace no mucho tiempo, un misterioso y extraordinario caso de ovnis en la ciudad de Bello. El observatorio astronómico de la ciudad reportó movimientos inusuales aquel día, algo bastante extraño ya que en Bello no hay observatorio astronómico.

En una entrevista publicada en los principales periódicos de la ciudad, cosa también bastante extraña porque en Bello tampoco hay periódicos, el señor Armenio comentó:

En horas de la tarde luego de ver una luz bastante fuerte por la ventana y de escuchar un ruido ensordecedor, vinieron a tocar a mi puerta unos seres pequeñitos, con cara de payaso y celulares de gran tamaño atados a la espalda. Al abrir la puerta sentí un olor muy fuerte a frijoles con garra quemados… Estos hombrecitos, de muy buena manera, me capturaron y me llevaron a su nave que era como una especie de hamburguesa gigante con todo: lechuga, tomate, queso y tocineta…

Luego de varias horas de practicarme innumerables exámenes por todas partes del cuerpo con toda clase de objetos desconocidos, me liberaron no sin antes entregarme un comunicado para todos los habitantes de la Tierra… Cuando llegué a mi casa encontré los frijoles quemados en el fogón y la televisión aun prendida.

El comunicado que me entregaron aquellos seres de otro planeta, en cartulina blanca con letras de periódico recortadas y muy ordenaditas, dice:

“El mundo se va a acabar tarde que temprano”.

Desde aquellos días al señor Armenio se le ha visto recorriendo las mangas del cerro Quitasol con un balde en la cabeza y una escopeta de palo, cuando encuentra a alguien en su camino le habla sobre aquel comunicado y cuenta su historia, pero siempre profesando un odio incalculable hacia los frijoles con garra.

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