10 agosto 2010

Monstruos (justificación de la forma)

Nací en una cultura que inculca miedo a la naturaleza. “Ese animal pica”, nos decían cuando teníamos contacto con algún “bicho raro”. “Esa mata es veneno”, lo decían cuando teníamos contacto con una planta. Restricciones algo extrañas que reflejaban más los miedos de nuestros padres que los nuestros en el momento de descubrir el mundo. Nos crearon monstruos, crecimos con miedo.

Mi propuesta nace del afán por vencer ese monstruo; ese miedo. El temor por las lagartijas nocturnas me lleva a reflexionar sobre este tema que es todo un concepto (el monstruo), un animal tan “insignificante” que ningún daño podría causar a un ser humano y que habita mi espacio, puede causarme restricciones para transitarlo libremente.

La creación de monstruos siempre ha sido un juego de mi predilección. En mi infancia derretía, con el fuego de una vela, la cabeza de un muñeco de plástico para pegarle la de otro diferente y así crear un nuevo personaje. Esto era lo que más me divertía, el placer que se siente al crear (dominar el monstruo).

Los prejuicios que poseo, inculcados desde la infancia no me permiten abordar la naturaleza sanamente, algo que deseo hacer y que las artes plásticas posibilitan al ampliar los rangos de juego, con las ideas, los procesos, los materiales…

Me interesan los “monstruos” como figuras que hacen parte de la cultura, del pensamiento mítico. Es una creación imaginaria que se encuentra dentro de los límites de lo posible, como construcción que parte de elementos y formas de la realidad, de la naturaleza. Son cualidades de estos: la deformación, el injerto, el remiendo, la materia brusca, la malformación, la baba húmeda, los ojos amenazantes y otros elementos que iré acotando con el tiempo.

Hacen parte de esta obra el color impuro, la mancha, el orificio programado, descascarados, esgrafiados. Todo esto justificado desde mi vida cotidiana: las paredes húmedas de mi habitación.

El gusto por el monstruo lo encuentro en el placer que produce su creación como una forma de juego y su destrucción, que está en las manos de su creador.

Esto parte del interés que caracteriza mi propuesta personal, inquietudes insertas en los conceptos de “Naturaleza y Cultura” como elementos de un lenguaje antropológico que no me es ajeno.

La investigación a nivel matérico y las variaciones que puedan sufrir las técnicas tradicionales con el fin de deformar, son muy importantes ya que permite darle carácter a la obra en torno a la figuración selecta.

No hay comentarios.: